Primeros agricultores del distrito de Junín

Reintegrados nuevamente a la historiografía de Junín, debemos hacer resaltar nuestro sincero reconocimiento a aquellos núcleos de esforzados y curtidos cultivadores de nuestras vírgentes tierras, sin jalones ni alambrados. Sus cultivos siempre estaban expuestos a la invasión de tropillas de animales demabulantes y a la acción de especies dañinas de menor talla, algunas de las cuales, como zorros y comadrejas, también perjudicaban seriamente la producción de animales domésticos, llegando con frecuencia a agotar la paciencia de los arriesgados pobladores rurales.
Nuestro reconocimiento, porque pese a todos los inconvenientes inherentes a sus tareas, convirtieron aquellas rústicas tierras en fuente de abundante y valiosa producción; nuevas y excelentes pasturas como la alfalfa, en cantidad suficiente para alimentar la numerosa caballada al servicio de militares y civiles; fructicultura variada, horticultura en abundancia y una excelente producción cerealera que llenaron una alta necesidad alimenticia de la población.
Recordemos aquí algunos nombres: don Agustín Roca, que fue el mayor propulsor de nuestro agro, desde mucho tiempo antes de ejercer la presidencia de la Municipalidad en 1881. Durante el ejercicio de la misma, fomentó eficazmente la venta de chacras para colonizar el partido.
Simultáneamente, también su hermano Ataliva procedió a subdividir campos de su propiedad para destinarlos al mismo fin.
Miguel Siri, a quien el gobierno donara una chacra aledaña para que sirviera de propaganda y estimulara el regreso de aquellos que, desesperados, habían abandonado estos lugares de lucha, de azar, de riesgos y sacrificios.
Esta chacra se hallaba ubicada entre la actual calle Benito de Miguel y la prolongación de la calle Canavesio, desde la avenida Pastor Bauman hacia la ruta nacional 7.
Como consecuencia de ese ejemplo renovador de esperanzas, se radicaron definitivamente en nuestro medio los cuatro hermanos Leytur (Salvador, Beltrán, Petiri y Pedro). Este último sufrió el drama de su cautiverio en las tolderías de los indios ranqueles, acampados junto a la laguna Blanca Manca; había sido tomado prisioneros en uno de los tantos malones depredatorios de aquellos duros tiempos.
Posteriormente fueron llegando los hermanos Nigro, Francisco y Angel Petraglia, Antonio y Angel Stamboni, Luis Tortorella, Pascual y Emilio Cosentino, Nicolás y Félix Falabella, Antonio C. Di Giulio; Nicolás Ottaviano; José y Ricardo Chumillo, José Benedetto, Sotero Batista, Pablo Bay, Genaro Febulo, José Thormeo, Rosario Pomposiello, José Curotto, Francisco Miravalle, Agustín Mémoli, Luis y genaro Linguido, José Bruno, etc., etc.


CENTRO AGRICOLA ITALIA


Así se llega a 1882, año en que se promueve y se funda la primera colonia de agricultores propietarios que trae un notable y rápido impulso económico para Junín. Esta colonia se debió a la iniciativa de los hermanos Storni quienes la concibieron con fines lucrativos.
Existen referencias, aunque todavía sin confirmar, que se trataba del padre y de un tío de la célebre poetisa Alfonsina Storni y del Almirante Segundo Storni.
La referida colonia se estableció en el cuartel cuarto de nuestro partido, bajo la denominación de "Centro Agrícola Italia", ocupando los campos que pertenecieron al vecino y ex comandante del Fuerte Federación, José Seguí.
Fueron pioneros de esta nueva explotación rural, que bien pronto comenzó a producir elevados tonelajes de cereales: Francisco Balbi, Luis Bergamini, Jorge Traverso, Ferrari, Bernardo Carpinella, Bóssola, Jorge Canesa, Calamari, Malchiodi, José Bergamini, Chin Balbi, Marcos Pera, José Camicia y Juan Sciutto, padre del historiador Luis Sciutto Ferretto.
En otros campos se instalaron más tarde José Garavaglia, Luis Banfi, Luis Cogorno, Francisco Pagella, Ignacio Tellería, Juan Balbi, Francisco Saforcada, Marcelino Dubois y Lucas Arana.


LUCAS ARANA


Es deseo del autor destacar que don Lucas Arana fue una figura venerable, consejero encomiable y magnánimo protector de los hombres de campo.
En su paso por estas tierras sembró muchos cereales, pero simultáneamente sembró honradez y conducta ejemplar a raudales, tratando siempre de evitar todo tipo de ostentación. Ello le valió, en su momento, ser considerado como el hombre más virtuoso de este lugar.
Junín está en deuda recordatoria con este pionero rural y gentleman de la ciudad, fallecido durante el año 1918 cuando se hallaba en plena actividad bienhechora.




(Fuente: Luis Sciutto Ferretto, "Junín en la historia y hombres que la impulsaron")




























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