Barrio "Las Morochas": lo caracterizó la pasarela, hoy es dinamismo y progreso

SEMBLANZA DE UN ESTRATEGICO SECTOR DE LA CIUDAD

Lo bautizó un periodista. Se llamó Vicente Casasco y fue director de la hoja “El Trovador, semanario social, satírico y de ensayos literarios”.


Cuando Junín era una comunidad incipiente, muy lejos de la pujante actualidad, este sector fue, junto con el centro, uno de los puntos neurálgicos de la ciudad. Allí se instalaron las primeras viviendas y luego numerosos comercios, radicándose en la zona muchos nativos y descendientes de la comunidad sirio-libanesa, que impulsaron al lugar con su característico espíritu progresista.
El barrio no tiene límites ciertos. La Municipalidad nunca fijó –como hizo con otras regiones geográficas de la ciudad- cuál era su entorno, pero todos coinciden en demarcarlo entre Benito de Miguel, Pastor Bauman, Bolívar, Winter y Alberdi, aunque podría extenderse, por sus características similares y cronológicas en cuanto a evolución y crecimiento hasta calles Belgrano y la avenida San Martín, en la zona de la Terminal.
Caracterizó al barrio histórico su pasarela de “fierro” instalada en 1927 en la calle Chile. Lo recorrió el agobio bohemio de Luis B. Negreti. Le dio ritmo de trabajo la vieja jabonería de Schultz y el cercano Molino Tassara.
Le brindó prestancia Villa Fryda, homenaje a Fryda Schultz de Mantovani, tributo juninense a la cultura nacional.
A su vera, en su mismo límite, allá donde “Las Morochas” se hacía “El Molino”, la casa de los Behety acuñó el nacer del club Sarmiento, con el poeta Negreti como secretario general, suponemos que con actas redactadas en verso.
De sus calles polvorientas y sus baldíos futboleros salieron también el club Argentino (antes Imperio Británico) y el animoso Defensa. Posteriormente fue sede de Moreno, el cual tuvo su cuna en “El Molino” a muy pocas cuadras de su actual sede.
Tuvo también sus cosas. Y sus casas. En algún lugar se habla de este barrio como el escenario del “entrevero encopado de hombres dudososos en casas de fama indubitable”.
Un barrio que encierra historias, leyendas y mitos.

Orígenes y desarrollo

Buceando en decenas de páginas, textos y versiones consultadas, se desprende que el barrio surgió alrededor de cuatro manzanas, que pueden ser consideradas el corazón o el primitivo núcleo poblado: Malvinas Argentinas, Almafuerte, Guido Spano y Almirante Brown, entre avenida Benito de Miguel y Winter.
Posteriormente, al crecer la población, el barrio se expandió incluyendo las calles Chile y Paraguay, extendiéndose en la actualidad hasta la avenida Pastor Bauman.
En este espacio se radicaron numerosos inmigrantes sirios, muchos de ellos se iniciaron con la venta ambulante de telas, ropas, lencerías y al lograr reunir un capital, instalaron pequeños comercios dedicados al mismo ramo.
La comunidad siria trabajó incesantemente para cristalizar una obra vinculada a sus necesidades espirituales: la construcción de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa “San Jorge” inaugurada el 16 de febrero de 1930 en pleno corazón del barrio.
Como se dijo anteriormente, el barrio tuvo un elemento que lo identificó por muchos años, un puente o pasarela de hierro para peatones sobre la calle Chile, construido en 1927, para poder cruzar dicha arteria inundada en los días de mucha lluvia.
En lo referente a las actividades económicas, debemos destacar la fábrica de jabón y acopio de frutos del país del señor Daniel Schultz, que de una modesta fábrica en los primeros tiempos, se convirtió en un establecimiento sujeto a procedimientos industriales que permitían elaborar hasta cien mil kilos de jabón por mes que se vendían en los comercios de Junín y de los pueblos y ciudades ligados por el ferrocarril.
MAS IMAGENES DEL BARRIO ACTUALES:










Plano del barrio "Las Morochas"























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