Vestigios de un Junín milenario asoman en el siglo XXI


Escribe Roberto Carlos Torres

El pasado milenario se sigue abriendo a los ojos del presente. Los integrantes del Museo “El Legado del Salado”, que funciona en instalaciones del ex Colegio Normal, han realizado investigaciones y excavaciones recientes a la orilla del canal que une la laguna de Gómez con el Carpincho y han podido desenterrar dos fragmentos de cadera de animales que poblaron esta región hace más de 10 mil o 20 mil años, aproximadamente.
Uno de ellos pertenecería a un Toxodón y el segundo a un Perezoso, posiblemente a un Milodontino. Esto se deduce por el hueso dérmico que estaba incrustado en el cuero del animal y que fue hallado junto con el fósil. 
Por el color del estrato en el que fueron encontrados enterrados, tendrían una antigüedad de entre 9 mil y 22 mil años aproximadamente. 
Tras el descubrimiento, los restos son limpiados y se procede a proteger al fósil, para después pasar a clasificarlo. En algunas oportunidades, esta tarea es realizada por los mismos investigadores juninenses y en otras se solicita ayuda a profesionales.

Visitas escolares

Mientras la investigación continua su curso, no se detiene y va por más restos fósiles que contribuyan a reconstruir quienes habitaban hace miles de años atrás esta región, tampoco se detiene la enseñanza y la actividad del Museo en cuanto a la apertura al público y a las escuelas del distrito.
Así, han recibido ya visitas de alumnos de la Escuela “San Jorge” y del ex colegio Normal, mientras que se han dado turno a otros establecimientos educativos sumamente interesados en el tema.
Para ponerse en contacto, los interesados pueden recurrir al facebook: museolegadodelsaladojunin, o por mail a: museoescolarjunin@hotmail.com.
Para el público en general, el Museo se encuentra abierto los sábados de 16 a 19. 

Preservación

Un factor fundamental en el tema es la protección y preservación de las piezas halladas ya que es vital que el objeto encontrado llegue al Museo de la forma más completa posible para una adecuada evaluación, estudio y posterior exhibición.
Los integrantes del Museo destacaron que los fósiles tienen gran valor científico y educativo pero no económico.
Vale resaltar que toda la labor investigativa que se está realizando en nuestra ciudad con relación al patrimonio paleontológico juninense, será presentada en las jornadas paleontológicas que se harán en La Rioja, a fines de este mes de mayo.

El Toxodón



Toxodon es un género de mamíferos extintos de la familia Toxodontidae, del suborden de los Toxodonta, del orden Notoungulata perteneciente a los meridiungulados. Su nombre científico suele castellanizarse como toxodón y en plural toxodontes.
Su nombre significa "diente inclinado" o "diente en forma de flecha". Son mamíferos originarios de Sudamérica que evolucionaron independientemente en dicha isla-continente. Los ungulados sudamericanos proporcionan un caso de aislamiento geográfico tan notable como el de los marsupiales en Australia.
La radiación adaptativa de los ungulados paleocenos de América del Sur fue precoz y rápida, lo que dificulta encontrar un modelo filogenético lo suficientemente explicativo. Procedentes de pequeños y primitivos animales herbívoros sin competidores, evolucionaron independientemente y aislados del resto de los ungulados durante casi todo el extenso periodo del Cenozoico.
Se propuso que Toxodon tenía hábitos anfibios pero la posición de la cabeza bajo la cruz desmiente esta posibilidad. Su esqueleto muestra parecido con la familia de los bóvidos y una grupa similar a la del bisonte, como su pariente Nesodon, al que supera en tamaño.
Los toxodontes alcanzan el tamaño de un hipopótamo y probablemente compartían sus hábitos. Los incisivos superiores están muy arqueados, son sumamente fuertes y solamente la cara externa lleva una capa de esmalte, mientras que los inferiores, muy achatados, de disposición horizontal y gran expansión lateral, le dan a la parte anterior de la mandíbula el aspecto de una gigantesca espátula.
El cuerpo era pesado, con forma de barril, apoyado sobre patas cortas y robustas. Las patas plantígradas, con tres dedos ungulados, eran no obstante, bastante pequeñas. Como las traseras eran más largas que las delanteras, el cuerpo se inclinaba hacia adelante, a la altura de los hombros.
El cráneo es muy largo en relación con la altura. La parte anterior de la cabeza era ancha, los labios eran con toda probabilidad prensiles y le servían para recoger el pasto, como a los actuales rinocerontes negros. Justo por detrás del hocico, el cráneo se estrechaba, como en el rinoceronte, y después se volvía a ensanchar. Los arcos cigomáticos son de gran tamaño. Podían alimentarse de la vegetación dura y correosa de los árboles, las pampas y las estepas semidesérticas.
Los dientes indican que Toxodon era una mezcla de ramoneador y comedor de hierba, que cortaba y masticaba la dura hierba de la pampa, pero también se alimentaba de follaje.
Los toxodontes han sido comparados con los hipopótamos, quizás por el hecho de poseer extremidades algo cortas y grandes dientes frontales. Sin embargo, la presencia de adaptaciones especiales en la rodilla de estos animales sugiere que se trata de animales terrestres, habitantes de espacios abiertos. Aparentemente, las adaptaciones del cráneo y la dentadura de los toxodontes surgieron como respuesta al consumo de pastos, pero después les permitieron adaptarse a una dieta vegetariana más generalista, es decir, podían consumir una amplia variedad de alimentos. Los últimos toxodontes desaparecieron hace unos 12000 años, en las famosas extinciones de la megafauna pleistocénica.
Vivieron desde hace 2,6 millones de años hasta hace 16.500 años.3 Probablemente fue el ungulado más abundante en el subcontinente sudamericano, siendo uno de los pocos meridiungulados que sobrevivió y prosperó tras el gran intercambio americano.
Muchos fósiles de toxodontes han sido encontrados junto a puntas de flecha. Esto indica que los hombres prehistóricos los cazaban, pudiendo ser la causa principal de su desaparición.
Fue descrito por primera vez por Sir Richard Owen en 1840, basados en un cráneo adquirido en 1833 por Charles Darwin por 18 peniques a lugareños de Colonia Sacramento (Uruguay), y una mandíbula gastada extraída en Bahía Blanca.


Mylodon

El milodón (Mylodon darwini) es una especie extinta de mamífero placentario del orden Pilosa. Era un perezoso gigante emparentado con los actuales perezosos.
El milodón pertenece al mismo grupo que los armadillos, los osos hormigueros y los perezoso actuales (Xenarthra). Podía por momentos erguirse en forma bípeda. Se calcula que medía aproximadamente 2,5 m a la cruz, y pesaba unas 3 toneladas. Su piel era extremadamente dura, compuesta por diminutos huesos y muy tupida, lo cual la hacía muy resistente a los ataques de otros animales. Su dieta era herbívora.
Su hábitat se estableció en las laderas boscosas de los cerros patagónicos, aunque también se han encontrado restos en el norte de Chile, cerca de Los Vilos.
En el género Mylodon es característica la prolongación dorsal —a nivel del premaxilar— formando un arco prenasal el cual se une a los nasales, los cuales son notablemente convexos. 4/4 es su fórmula dentaria.
No existe consenso entre los investigadores sobre el número de taxones válidos para este género. Se han incluido en él las siguientes especies:
Mylodon darwini Owen, 1839. Registrado en la región Pampeana, en la Argentina.
Mylodon listai Ameghino. Algo menor en tamaño que el anterior; registrado en la región Patagónica esteparia de la Argentina y sectores similares en Chile.
Mylodon insigne Kraglievich. Registrado en la región Pampeana, en la Argentina.
Esteban, en 1996, considera que las características de todas ellas entran en la variación intraespecífica esperable, por lo que lo trata como un género monotípico: Mylodon darwini Owen, 1839.
El milodón se extinguió hace aproximadamente unos 10.000 años. No se sabe exactamente cuál fue la razón de dicho suceso. Existen cuatro teorías al respecto:
Un cambio climático muy importante que se produjo para esa época hizo que la vegetación de la cual se alimentaba cambiara, afectando así su recurso alimentario.
Algunos se inclinan por la teoría de que pudo ser cazado hasta su extinción por los primeros hombres que llegaron a América del Sur, provenientes del norte.
La actividad volcánica de la época pudo influir en la desaparición de esta especie.
La conjunción de estos tres factores mencionados anteriormente.
Se han encontrado pieles, huesos y coprolitos de los mismos. El Museo de La Plata de la Provincia de Buenos Aires tiene en exhibición una piel en perfecto estado.
Los restos de milodón encontrados en Chile por arqueólogos franceses entre 1950 y 1962 estuvieron por casi 60 años en el Museo de Avalon en Francia. En 2007 fueron repatriados a Chile. Anteriormente, en 1896, el ovejero Von Heinz había encontrado trozos de piel y huesos en una cueva (actualmente llamado Monumento Natural Cueva del Milodón). Erróneamente, los restos fueron identificados como partes de un Neomilodon listai. Los restos de tejidos blandos de Mylodon llevaron a que se realizaran una serie de expediciones a principios del siglo XX para encontrar a un ejemplar vivo..
La Cueva del Milodón, también llamada Gruta Eberhard, mide 270 metros de longitud, 200 de profundidad y unos 30 metros de alto. Se encuentra en un lugar denominado Silla del Diablo, cerca de Puerto Natales, al sur de Chile. A la entrada hay una réplica del milodón en fibra de vidrio y un museo con la historia paleontológica, arqueológica y morfológica del área, siendo el mismo un lugar turístico. Cabe aclarar que en el lugar también se han encontrado abundantes restos de otras formas de fauna anterior a la llegada del hombre a América del Sur.
El Parque Pleistocénico de Osorno, el cual tiene su origen en restos fósiles encontrados en el sitio arqueológico de Pilauco Bajo; destaca por replicas a escala real de la megafauna extinta de Osorno, entre las que se encuentra igualmente una replica de un Milodón.
Los aborígenes del lugar aseguraban cazar animales que, según la descripción dada por ellos (tamaño, forma, etc.) se condecía con la del milodón. De hecho, ellos decían que estos animales tenían una piel extremadamente dura y que las flechas que lanzaban con sus arcos rebotaban en su piel sin hacerles ningún daño, lo que coincide con el tipo de piel de esta especie (con diminutos huesos y pelaje muy tupido, tal como se mencionó anteriormente); por lo que se supuso que los animales a los que hacían referencia los aborígenes eran los milodones. Por esta razón surgió el mito de que existieran especímenes vivos, y hasta hay quienes van a los lugares donde habitaban, con la esperanza de poder encontrar uno con vida, lo que no se justifica debido a que los últimos restos encontrados datan de unos 10 mil años de antigüedad.


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