Ramón Carrillo tenía un proyecto para Junín: La instalación de un "centro de reposo para enfermos nerviosos"

La iniciativa había sido promovido ante el ministro, inicialmente, por el senador nacional Alfredo Arrieta. Había sido pensado como el más importante del país en su género. La figura del gran médico sanitarista que impulsó las campañas de vacunación masiva y la construcción de más quinientos centros asistenciales y hospitales en todo el país. Su interés por Junín.





El jueves 20 de julio de 1950 visitó la ciudad el entonces ministro de Salud Pública del gobierno del presidente Juan Domingo Perón, el doctor Ramón Carrillo.

Vino acompañado ese día por dos altos funcionarios de esa secretaría del estado, según comenta la crónica periodística de la época.

Y el diario La Verdad informa en su edición del día siguiente, viernes 21 de julio: "La visita del distinguido hombre público, se halla relacionada con el proyecto de ampliación y reforma del Hospital Mayor Arrieta (ex San José= que será convertido en un establecimiento de privilegiada jerarquía, brindándole un edificio monumental y dotándolo de los elementos necesarios para que pueda cumplir adecuadamente su finalidad".

Y agrega: "Asimismo, el ministro doctor Carrillo, inició los estudios para la instalación en el partido de Junín de un centro de reposo para enfermos nerviosos y que, de acuerdo a los primeros planes, será seguramente, el más importante centro del país, en ese género y quizás en Sudámerica".

"Este proyecto -señala el diario La Verdad en su edición del viernes 21 de julio- es uno de los últimos que encaró el fallecido senador nacional mayor don Alfredo J. Arrieta, en su afán por brindar a Junín un centro importante de asistencia, que al par que constituye un aporte extraordinario al progreso edilicio de Junín, le otorgaría en el aspecto sanitario nueva y excepcional jerarquía".

El día de la visita de Carrillo a Junín, el ministro fue agasajad con un almuerzo servido en la quinta del ingeniero Enrique Dell´Acqua, de la que participaron además del huésped, y sus acompañantes, el dueño de casa, el intendente municipal doctor Héctor Asor Blasi, el cura párroco Pbro. Juan Manuel Respuela, un representante del jefe de Destacamento de Exploración Mecanizada 15 y un grupo de amigos. Ese día Carrillo volvió a la Capital a las 20.

 QUIEN ERA RAMON CARRILLO

Ramón Carrillo nació en la provincia de Santiago del Estero el 7 de marzo de 1906. A los 23 años se trasladó a Buenos Aires para cursar sus estudios de Medicina en la Universidad de Buenos Aires, de la cual egresó en 1929 distinguido con Medalla de Oro por las calificaciones obtenidas. Se especializó en Neurocirugía y fue becado en Holanda, Francia y Alemania.

De regreso en Argentina organizó el Laboratorios de Neuropatología del Instituto de Clínica Quirúrgica del Hospital Militar, alcanzando el cargo de Profesor Titular de Neurocirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires a los 37 años. Carrillo se destacó en la investigación clínico-quirúrgica, puso a punto la técnica de la yodoventriculografía e hizo aportes significativos al procedimiento de la trepanación craneana descompresiva.

Su enseñaza pionera de la Neurocirugía, sus numerosos artículos científicos publicados en "La Prensa Médica", "El Día Médico" y "La Semana Médica" y su participación destacada en congresos nacionales e internacionales otorgaron a su figura un relieve particular y un gran respeto entre sus colegas latinoamericanos.

 Luego de una intensa labor al frente del Ministerio de Salud, durante la cual llevó adelante un enorme plan de construcción de hospitales y centros sanitarios y de prevención de enfermedades infecciosas endémicas en el país, Carrillo se alejó de la función pública en 1952 por diferencias políticas severas con algunos miembros del entorno presidencial exiliándose en Brasil luego de producida la llamada "Revolución Libertadora" que derrocó a J. D. Perón en 1955. Ramón Carrillo falleció, pobre y olvidado en Belem, capital del Estado brasileño de Pará, el 20 de marzo de 1956. Sus, restos nunca fueron repatriados.

 Aprovechando la oportunidad que le brindaba el ascenso del Partido Peronista, a cuyo jefe Juan Perón, Carrillo había conocido dos años y medio antes, en 1946 decidió dedicarse a atacar las causas de las enfermedades desde el poder público a su alcance. Bajo una concepción ideológica que privilegiaba lo social sobre el lucro individual permitió avanzar en planos como la mortalidad infantil que del 90 por mil en 1943 bajó al 56 por mil en 1955. En tanto que la tuberculosis de 130 cada cien mil en 1946 a 36 cada cien mil en 1951.

LAS EXITOSAS CAMPAÑAS SANITARIAS EMPRENDIDAS

Así se convirtió luego en el primer ministro de Salud Pública que tuvo la Argentina. Por ocho años desarrolló una innovadora y muy valiosa labor, renunció en julio de 1954, antes de que el segundo gobierno de Juan Domingo Perón fuera derrocado el 16 de septiembre de 1955. Desde la gestión de Carrillo se comenzaron a cumplir normas sanitarias incorporadas en la sociedad argentina como las campañas masivas de vacunación (antivariólica y antidiftérica) y la obligatoriedad del certificado para la escuela y para realizar trámites. Se implementaron campañas masivas a nivel nacional contra la fiebre amarilla, las enfermedades venéreas y otros flagelos.

Al frente de la Secretaría de Salud llevó a cabo una campaña exitosa para erradicar el paludismo, dirigida por los doctores Carlos Alberto Alvarado y Héctor Argentino Coll; la creación de EMESTA, primera fábrica nacional de medicamentos; y el apoyo a los laboratorios nacionales por medio de incentivos económicos para que los remedios estuviesen disponibles para toda la población. Durante su gestión se inauguraron casi quinientos nuevos establecimientos sanitarios y hospitales  como el Hospital de Roque Sáenz Peña, Chaco, Hospital de Jobson-Vera, Santa Fe, Hospital de Pinto, Santiago del Estero; Hospital de Chos Malal, Hospital de Valcheta, Río Negro, el Hospital de Cruz del Eje y el Instituto de Gastroenterología, Hemoterapia y de Dermatología de Capital Federal.

Tras instalarse en el poder la dictadura autodenominada Revolución Libertadora debió permanecer exiliado fuera del país. Se lo acusó de peronista y se impuso interdicción a dos departamentos que tenía y se confiscaron sus cuadros y sus libros. Exiliado, enfermo (hipertensión mal atendida), políticamente perseguido (el gobierno argentino de facto de Pedro Eugenio Aramburu presentó ante el de Brasil una protesta por prestársele a Carrillo ayuda médica, calificándolo de "prófugo"; sus libros y cuadros en Buenos Aires fueron saqueados) y tras padecer con su familia grave pobreza, falleció en Belem do Pará, Brasil, el 20 de diciembre de 1956. No obstante tales condiciones, durante ese año aún produjo trabajos de antropología filosófica.

PERSEGUIDO Y DENOSTADO POR INCAPACES

Declarado "ladrón de nafta", su figura y su obra fueron silenciados por la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu hasta el breve tercer gobierno de Perón (1973-1974). En esta etapa fue generalmente reconocido aunque sólo como mentor y ejecutor de un Plan Sanitario cuidadosamente diseñado y ejecutado, impartiéndose su nombre a numerosos hospitales e instituciones argentinas vinculadas a la salud pública. Suele atribuirse a la incomodidad que su ejemplo producía en políticos menos competentes el hecho de que luego su biografía e ideas permanecieron generalmente desconocidas, salvo reseñas en la tradición neurobiológica que Carrillo integró.

Las grandes estructuras de varios hospitales que comenzó a construir durante su gestión fueron abandonadas tras el derrocamiento de Juan Domingo Perón y nunca fueron habilitadas, muchas fueron derribadas o abandonadas al asociarlas al peronismo, como ejemplo de ello El Elefante Blanco tenía como objetivo ser el hospital más grande de toda Latinoamérica, pero nunca se llegó a cumplir el mismo, ya que, luego de que Perón fue derrocado por Eduardo Lonardi y los militares en 1955, el edificio quedó abandonado.

El entonces presidente argentino, Juan Domingo Perón, apuntalado por su ministro de salud Ramón Carrillo, tenía en mente construir un modernísimo complejo hospitalario para los niños que más tarde su construcción en estado avanzado sería abandonada por la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu. Similar fue el destino de la ampliación del Hospital Borda, que se dejó sin uso​ hasta tan tardíamente como en 2004, año en que se la derribó. En 2005 su hermano Arturo Carrillo, sin ningún subsidio oficial, logró terminar de producir un libro que exponía la magnitud de sus logros y sacrificios.

Ello desencadenó que el 9 de diciembre de 2005 el gobierno argentino decretara a 2006 "Año de homenaje a Ramón Carrillo", produciéndose numerosos actos de desagravio y volviéndose a publicar las ideas de medicina social que guiaron su labor.

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