1981: Se derrumba la mítica sede del Auto Moto


Decía el diario La Verdad el 3 de septiembre de 1983: "Otro monumento de la geografía juninense está siendo derrumbado. Causa infinita tristeza ver desaparecer a una verdadera trinchera del deporte, la cultura, de lo social y de la amistad sana y duradera. La avenida Roque Sáenz peña se quedará sin un emblemática lugar donde transitaron varias generaciones".



A modo de despedida de la sede social del Auto Moto Club Junín, ubicado en la avenida Roque Sáenz Peña, el diario La Verdad, en su edición del 3 de septiembre publicó, casi como si fuera a modo de despedida de la estructura edilicia: 

"Yo te conocí, Auto Moto, desde hace muchos años, quizás desde antes de haberte visto por primera vez. Cuando siendo un niño escuchaba embelesado las historias que me contaban quienes habían conocido tus primeras mesas, por la calle Quintana. Cuando una barra de muchachos se reunía en el Bar Munich del Chino Gabrielli. Y allí con la bohemia de su juventud, alentaban al ídolo propio que después fue de todo Junín y del país: Eusebio. Esos muchachos que acompañaban a Marcilla en sus peregrinajes por las rutas polvorientas y que quisieron hacer un club para ese deporte: el Gordo Haylli, Pérez Herrera, Tarico, Azpelicueta, los Dos Reis, Ventoso, Mazza y el de la pinta imborrable, el inglés Barnes.

¿Quién ignora que en esas madrugadas trasnochadas se formó un club que se llamó Auto Moto?

Y fue muy grande su historia para que se despida la sede sin pena ni gloria. Muchos nombres pasaron sobre sus mesas que nunca preguntan. Sería imposible nombrarlos a todos, pero también ingrato no subrayar los nombres de viejos conserjes como el Sordo Screpese y Juancito Bastianelli. Cómo no recordar a Juan Randich, aquel presidente del infaltable cigarrillo. Las carreras de Fuerza Limitada, con Pian, Mazzutti, el Ney Milanese, Olson, Cavagión, Barral y tantos más que daban motivos para el asado tempranero en inolvidables mañanas de domingo. ¡Qué safari era llegar al autódromo por la ruta de tierra cuando había llovido unos días antes! Y sin embargo qué emoción le daba a nuestro aventurero espíritu de pibe subir al Ford, o al Chivo del treinta y tantos y encarar "para la carrera".

Cómo no recordar a la barra "de los viejos" que al fin no lo eran tanto: Mocho Gutiérrez, Inglés Castro, Gaucho Linguido, Gómez y sus tradicionales mesas. Y esos muchachos que se prendían al mus, con maestros como el Vasco Igartua y el Negro Morente, los Farah, Rodolfo Iparraghuerre, Buonanotte, Bocaccio, Marengo y el por siempre querido Miguel Salem.

Pensarán que podemos olvidar cuando en una inspiración divina, se formó la Peña Cachimoto y allí, en la famosa quinta de Dos Reis, se juntaba la muchachada del Auto Moto con Dardo De Benedetto, Etchevers, Schenone, el Negro Ortega, Sainz, Carlitos y Dady Mastromauro, Randich, los Di Marco, Castellazzi, Mena, Alvarez, Fratamico, Carlitos Molinari, el gordito Gabrielli, los Bertulo y tantos más.

¿Acaso no es historia reciente las mesas de generala de los Petraglia, Renzo de La Valle, Larraburu, Pocho dos Reis, Gregory Somma, Dieguez y sus cábalas para pedir número?

Solamente queremos decirle adios al Auto Moto de Sáenz Peña, a ese legendario Auto Moto que marca un hito en la geografía de Junín, como la esquina del Rex, el Bar Los Inmortales, el Tokio, la Pizzería Ribas, la esquina de Gath y Chavez, la Casa Conde y la Confitería 9 de Julio.

Ya no pisaremos más su pista de baile, ya no tomaremos la última copa antes de ir a casa, ya el café del mediodía desaparecerá de allí, ya las mesas sabrosas de anécdotas se trasladarán a otras partes, como el tute, el mus y la generala. Muchos se fueron antes que vos, muchos quedamos para contemplar, helados, el implacable golpe de la piqueta y darle el último responso por un amigo que se va".



















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